Levantar piedras es una de las manifestaciones de fuerza más primitivas usadas por el hombre. Originalmente fue la necesidad lo que le movió a ello, aunque en la actualidad, cuando no media la actividad laboral en ello, es el aspecto lúdico el que predomina. De algún modo, siempre hay competición de por medio; bien puede tratarse de resolver un litigio entre varios para ver quién es más fuerte, otras veces la cuestión es levantar más y mejor que el oponente por una apuesta, o simplemente hacer algo que otros no pueden hacer.
Se han levantado, y se levantan, piedras en muchos lugares del mundo. En algunos sitios, como Paquistán o Tahití, ha llegado a adquirir un carácter deportivo, desarrollándose competiciones con unas reglas determinadas y registrando récords, aunque en ningún otro sitio se trata el levantamiento de piedras, en su vertiente deportivo-tradicional, con tanto cariño como en Euskadi.
A partir de la década de los 80 del pasado siglo XX, el levantamiento de piedras empezó a popularizarse entre los aficionados a los deportes de fuerza gracias a su inclusión en la competición “The World Strongest Man”. Se escribieron artículos sobre las piedras escocesas y su tradición, no siendo pocos los que se desplazaron al norte del Reino Unido buscándolas e intentando levantarlas. Son excelentes los artículos firmados primeramente por Peter Martin y después por Roger Davis, en la revista MILO, buscando estas piedras, probando sus fuerzas con ellas y contándonos la historia que les acompañaba.
En 2015 participé como asesor técnico del equipo desplazado por la compañía “Rogue Fitness” para la filmación del documental “Levantadores”. Estuvimos una semana recorriendo los rincones del País Vasco intentando conocer de cerca el Herri-Kirolak y más en profundidad el Harri-jasotze. Un año más tarde el mismo equipo de “Rogue Fitness”, lógicamente ya sin mi colaboración, grabó otro documental sobre el levantamiento de piedras en Escocia; y en 2017 hizo lo propio en Islandia. En ambos lugares hay quienes en la actualidad se encargan de organizar “tours” para los aficionados que deseen probar sus fuerzas con esas piedras.
En Euskadi el levantamiento de piedras es competición, así que, aunque también hay “piedras con historia”, quien quiera levantar tiene que hacerlo con ficha federativa y delante de los jueces. Las piedras no están en la naturaleza esperando a quien quiera ir a enfrentarse a ellas como ocurre en otros sitios.
También hay piedras en otros lugares de España, mas no existe entre nosotros esa tradición de enfrentarse a ellas por el mero hecho de hacerlo. En sucesivos artículos voy a hablar de esas piedras, de su localización, de su historia y, aunque no sea importante, de mi experiencia con ellas. No son las hazañas de ningún gran campeón, ni siquiera las memorias de un levantador de piedras, simplemente las andanzas de un antiguo levantador de peso demasiado veterano que simplemente quiere conocer un poco más. Si esto sirve para que haya otros que se aficionen a luchar con estos objetos que la naturaleza pone a nuestra disposición, o con piedras de las que se tallan para ser levantadas, me daré por satisfecho.