¡Cinco intentos en sentadilla!
De mis primeros años de powerlifting tengo el recuerdo de Ricardo Cros buscando a Jesús Mario Muñoz para contarle historias. Nuestras competiciones estaban controladas entonces por la Asociación Española de Culturismo (AEC), en la que estábamos unidos culturistas y powerlifters (lo de “unidos” es un decir; los levantadores no existíamos como tal, todos éramos considerados culturistas). Jesús Mario era uno de los hombres más respetados dentro del campo del culturismo-rama powerlifting, sobre todo por la importancia que había adquirido el “Trofeo Muvia”. Ricardo Cros, que ya se movía por competiciones internacionales, siempre andaba detrás de él para proponerle cosas. Hablaba sin parar de sus viajes por todos los sitios o de sus relaciones con grandes campeones del mundo de los hierros como el “Doctor Todd”[1], o Eamon Toal, quien según él andaba a menudo por Marbella. A juzgar por lo que contaba, no había levantadores como Larry Pacifico o Ron Collins. Que si Pacifico se había machacado un dedo, que si a Collins le querían sancionar en Gran Bretaña… Como yo siempre estaba con Jesús Mario, todas estas historias me las conocía de carrerilla. Y claro que sabía quiénes eran Pacifico y Collins, pero me parecían dos vestigios del pasado. ¿Cómo se podía comparar a Ron Collins con Mike Bridges? Comprendo la cara de incredulidad que suele poner cualquier chaval cuando me oye hablar de Hideaki Inaba o de Lamar Gant.
Si Apolonio Rodrigáñez y José Rodríguez “El Titi”[2] fueron los primeros españoles participando en un Campeonato de Europa de powerlifting, Zurich-1980, Ricardo Cros fue el primero en hacerlo en un Campeonato del Mundo, el de Arlington (EE.UU.), también en 1980. Los resultados tardaban meses en llegar hasta nosotros. Las revistas salían al menos dos meses después del campeonato y tardaban otro tanto en llegar a nuestro país. El propio Ricardo publicó el listado de los tres primeros de cada categoría en “Gente Sana”. También añadió al cuarto en la categoría de 60 kilos, el “británico” Tony Gálvez[3]. En ese mundial no participaron ni Larry Pacifico, ya con problemas con la Federación Internacional de Powerlifting, ni Ron Collins.
Collins había tomado parte en el primer campeonato del mundo, en 1971, pero quedó eliminado al hacer tres nulos en press de banca con 155 kilos. Después se impuso consecutivamente, en su categoría de peso, en los celebrados entre 1972 y 1977, repitió en 1979 y estuvo ausente en los de 1978 y 1980. Estas ausencias las había compensado con los títulos europeos en esos años, totalizando en el último de ellos 855 kilos, que constituyeron un nuevo récord mundial y que le sirvieron para aventajar en nada menos que 85 kilos a Bill West, quien se alzó con el título mundial en Arlington.
Del Campeonato del Mundo de 1981, celebrado en Calcuta, me interesaba conocer lo que pudiese hacer Tony Gálvez, a quién aún no conocía personalmente. Sabía que Lamar Gant era prácticamente invencible, pero Tony, además de haber ganado el Campeonato de Europa de ese año, había elevado la plusmarca continental de sentadilla, en 60 kilos, hasta unos impresionantes 245 kilos. Había posibilidades. De lo que no dudaba era del triunfo de Mike Bridges; no había nadie que pudiese hacerle sombra.
Como esperaba, Tony Gálvez, elevando otra vez el récord de Europa de sentadilla, esta vez hasta 247,5 kilos, hizo sufrir a Lamar Gant, quien utilizó su arma letal, el quizá mejor peso muerto de todos los tiempos, para derrotar al catalán. También Mike Bridges ganó en 82,5 kilos sin problemas. Ron Collins hizo tres nulos en sentadilla. Ricardo Cros, de nuevo en “Gente Sana”, llamó la atención sobre lo que había pasado con su admirado Ron Collins en esta competición; según él, le habían hecho una auténtica faena, había tenido que hacer cuatro intentos y todos habían sido nulos. Las explicaciones que daba no estaban muy claras y reconozco que en ese momento no profundicé nada en el tema.
Yo, que no soy nada de vídeos, reparé detenidamente en Ron Collins cuando mi amigo José Jara me dejó unos DVD’s que había comprado de ese campeonato. El copyright es de 2004, así que debí verlos más tarde. Me fui a lo que recordaba haber leído de aquel mundial: la sentadilla de Tony Gálvez que había sido récord de Europa durante años[4], los levantamientos de Lamar Gant y, cómo no, los de Mike Bridges. Y ahí fue donde me encontré con Ron Collins. En realidad no había tenido que hacer cuatro intentos de sentadilla, como creía recordar que había escrito Ricardo, sino cinco; y todos habían sido nulos. ¿Qué tiene de especial hacer cinco nulos en sentadilla? Efectivamente, todos podemos hacerlo. No sé si fue la música que acompañaba la grabación o las explicaciones de cómo ocurrió aquello, pero me quedé profundamente impresionado por Ron Collins. Así contó Mike Lambert aquel affaire en el número de diciembre de 1981 de “Powerlfting USA”:
“Uno de los más grandes en la historia del Powerlifting también levantaba en esta categoría. Ron Collins, de Gran Bretaña, demostró mucha fuerza y, también, resistencia, ya que tuvo que hacer CINCO intentos de sentadilla. Tanto el primero, como los dos siguientes no pasaron por profundidad, según lo que yo percibí. Después de ver los intentos de Ron y los posteriores de Bridges, naturalmente creí que la sentadilla había terminado, así que salí del estadio a buscar un refresco[5]. A la vuelta me sorprendió ver que Ron se estaba preparando para volver a hacer sentadilla. Creo que esto es lo que ocurrió. Se dijo que el Jurado había oído decir al juez central que había dado una luz roja por error en uno de los intentos, y asumieron que se había referido a Ron, cuando en realidad estaba hablando del intento del levantador anterior. Debido a la confusión sobre si el intento de Ron era bueno o malo, el jurado le concedió otro segundo y tercer intento. Desafortunadamente, pasó lo mismo: Ron subió el peso, pero sin la profundidad suficiente”.[6]
Aparte de que no sirve de nada, juzgar desde un vídeo si unos intentos fueron válidos o no, no tiene sentido. Y más cuando hace más de cuarenta años que se hicieron. La cámara está en un plano algo más bajo que en el que se encuentra el juez central y, además, si comparamos la profundidad de las sentadillas de Collins con lo que se ve después en lo que hace Bridges, pues sí que parecen cortas. Reconozco que, a pesar de los cinco nulos, el despliegue de Collins me dejó impresionado. Se percibía que ahí había todavía un enorme campeón.
Siento no poder indicar un sitio dónde poder ver estas imágenes, cuya calidad, sea dicho de paso, no es nada del otro mundo. Pero más allá del “drama Collins”, se puede hacer una comparación Collins-Bridges en la que no solo se ve el campeón que se va y el que llega, sino un tiempo que se iba y otro que llegaba. Ron Collins, 47 años entonces, había ganado siete veces el título mundial. En 1971 había hecho tres nulos en press de banca (que fue el primer levantamiento en esa prueba) quedando, por tanto, eliminado, pero desde entonces contaba sus participaciones por triunfos: 1972, 73 y 74 había ganado en 75 kilos, y en 1975, 76, 77 y 79 lo había hecho en 82,5 kilos. No había participado ni en 1978, ni en 1980; en esta última ocasión debido a un problema con su federación por unas exhibiciones que había hecho en Sudáfrica. Al parecer luego fue perdonado, pero él decidió no ir. Bridges había ganado el Mundial de 1978, en 67,5 kilos y el de 1979, en 75 kilos. A pesar de que había competido en Arlington, en 1980, su participación se consideró solo válida a nivel de los récords conseguidos, pero no a efectos de clasificación. Así que el duelo que todo el mundo había esperado ver en Texas, en 1980, se trasladaba ahora a Calcuta.
También es curioso observar a ambos levantadores. En Ron Collins se ve un hombre mayor, a pesar de que parezca estar en plena forma. Mike Bridges, en cambio, es un chaval de 24 años. Ron lleva una malla roja, suelta, más parecida a lo que llevaban los forzudos de circo que a las que se ponen los powerlifters del mal llamado “raw”; las vendas que se pone en las rodillas le cubren poco más que las rótulas. Mike lleva una de aquellas “Supersuit” que vendía George Zangas con su compañía “Marathon”, bien ceñida, unas vendas tremendamente apretadas y el cinturón ancho que ya se estaba convirtiendo en clásico. Incluso técnicamente son totalmente opuestos. Ron Collins hace sus sentadillas con las piernas a la anchura de las caderas, apoyándose mucho en la espalda e inclinando el torso hacia delante. Bridges con su “wide stance”, “todo pierna”,que tantos quisimos intentar y que unos pocos, como Jarmo Virtanen llevaron al grado de excelencia. Un contraste absoluto de generaciones.
Si valoramos lo que ambos estaban haciendo en aquellos momentos, lo más lógico es que no hubiese habido lucha de ningún tipo, pero Collins soñaba con un total con el que, quizá, hubiese hecho dudar a Bridges dándole alguna oportunidad. Improbable, pero ¡qué pena que los aficionados de entonces no pudiesen presenciar aquella gran batalla!
Según contaba el citado Larry Pacifico en “Powerlifting USA”, en una serie de artículos que tituló “the Champion of Champions reminisces”, Ron empezó con el powerlifting a los 28 años…
“Eso fue hace 20 años, pero a los 46 ganó su séptimo y último título mundial. Eso, gente, es extraordinario. Qué habría hecho si hubiera empezado de adolescente como la mayoría de nosotros. Ron y yo teníamos muchas cosas en común, pero él siempre estaba tranquilo y calmado, nunca parecía estar nervioso. No he visto a ningún levantador de entonces, ni de ahora, manejar un concurso como lo hacía él. Esa era una de las muchas cosas que admiraba de Ron”[7]
Según estos datos, Ron empezó a levantar, o a entrenar con cargas, en 1962. Al parecer pesaba unos 65 kilos y su objetivo era aumentar su fuerza para mejorar en su deporte, el fútbol. Todos los que hablan de él dicen que era de naturaleza fuerte, así que no tardó en abandonar el fútbol y volcarse en el powerlifting.
“Ron Collins, como Pengelly, era un hombre fuerte por naturaleza. Ron se dedicó a levantar peso después de sufrir una lesión jugando al fútbol, y así se introdujo en el deporte que le haría mundialmente famoso. Durante muchos años, Ron fue el favorito en la escena internacional antes de que decidiera emigrar a Sudáfrica para dedicarse a la gestión de gimnasios. Era conocido por su actitud tranquila en la competición y su comportamiento impecable en la plataforma”.[8]
Con poco tiempo de entrenamiento ya estaba en condiciones de participar en el Campeonato Británico, por entonces no de powerlifting sino de “Strength Set” (sentadilla, press de banca y curl de bíceps), pero sus ocupaciones laborales le impidieron tomar parte en él. Sí lo hizo en el primer nacional de powerlifting, en 1966, totalizando 605 kilos para alzarse con el primer puesto en 75 kilos. En esa categoría fue campeón británico ininterrumpidamente desde 1966 hasta 1974. Subió de peso en 1975 ganando ese año en 82,5 kilos al igual que en 1976 y 1977. Una lesión en el tríceps le impidió revalidar el título en 1978, aunque sí pudo ganar en el primer europeo celebrado ese año en Birmingham. Reapareció en 1979, por supuesto ganando, al igual que en 1979, 80 y 81. Ya no volvió a participar en el absoluto de su país. Las mejores marcas que he encontrado de Ron Collins son 330 kilos en sentadilla (y recuerdo, sin traje especial de sentadilla, prácticamente “raw”), en el campeonato británico de 1979, 192,5 kilos en press de banca, en el mundial de 1975, y 355 kilos en peso muerto, en el europeo de 1980, cuando Veli Kumpuniemi se fue hasta 357,5 para establecer un récord mundial que nunca fue superado. Su mejor total lo consiguió en ese europeo: nada menos que 855 kilos que llegaron vía 332,5-167,5-355. Nada mal para un hombre que no tocó una pesa hasta que no había cumplido los 28 años.
[1] Conocí a Terry Todd bastantes años después y trabajé con él en un par de ocasiones. Su doctorado no era en medicina, como Cros nos hacía creer entonces.
[2] Como curiosidad, quiero apuntar que en ese campeonato de Europa, además de conseguir la medalla de bronce en 90 kilos, “El Titi” supero en puntos a nada menos que Jon Pall Sigmarsson, quien años más tarde se destaparía como uno de los “strongmen” más destacados de todos los tiempos.
[3] Ricardo decía haber hablado con Tony para que participase con el equipo español, ¡cómo si fuese posible llegar a una competición y cambiar el país al que estás representando!
[4] Me decepcionó bastante no ver ni una imagen de Tony en aquel campeonato. Solo aparecían algunas de Lamar.
[5] El sistema de progresión en la barra era diferente del empleado actualmente. La barra iba subiendo y un levantador no salía a la plataforma hasta que no llegaba el peso que había pedido. Había levantadores que ya habían hecho sus tres intentos cuando otros todavía no habían empezado.
[6] Lo que ocurrió tras el primer intento fue que Vic Mercer, el presidente IPF, entendió que el Jurado consideraba que, por el supuesto error del juez, el movimiento había sido válido, así que fue rápido a comunicárselo a George Legget, el “coach” británico, y al propio Collins. Lógicamente subieron de peso para el segundo intento. El segundo intento con 327,5 kilos fue también considerado también nulo por profundidad, y en el tercero Collins fue “más abajo” pero no pudo completar el movimiento. Mientras Bridges hacía sus sentadillas y Collins se disponía a prepararse para el press de banca, vieron que estaba eliminado por tres nulos. La discusión y las alegaciones llevaron al jurado a conceder al británico otros dos intentos con 317,5 kilos. El primero volvió a ser considerado corto, mientras que en el segundo Collins no pudo subir.
[7] Pacifico, Larry. “Powerlifting USA”. Vol.6, nº1. Julio 1982.
[8] Moody, John. “International Powerlifter”, agosto/septiembre 2002
Excelente relato Lucio.,muchas gracias por hacernos partícipes de ello,honorable al millon%.Que privilegio escucharte y sobre todo. con tremendos titanes de la epoca.
Un cordial saludo.
Rubelio
Excelente relato Lucio, muchas gracias por hacernos partícipes de ello, honorable al millon%. Que privilegio escucharte y sobre todo, con tremendos titanes de la epoca.
Un cordial saludo.
Rubelio
Muchas gracias, Rubelio. Me alegro de que te gusten estas historias. Un saludo.